Los antófilos, (Anthophila, gr. "que ama
las flores") conocidos comúnmente como abejas, son un tipo de insectos
himenópteros. Los himenópteros, (del griego himen = membrana), se los denomina
a los insectos de alas translúcidas y membranosas, como la avispa y la hormiga.
Se
las encuentra en todos los continentes excepto Antártida, están en todos los
hábitats donde hay plantas con flores (magnoliofitas o angiospermas). Están
adaptadas para alimentarse de polen y néctar, usando el primero
fundamentalmente como alimento para las larvas y el segundo como material
energético. La especie mejor conocida por todos es la abeja doméstica (Apis
mellifera), a veces simplemente llamada "abeja". Esta especie es un
insecto social que vive en enjambres formados por tres clases de individuos:
reina, obreras y zánganos. Sin embargo, la mayoría de las especies de abejas
son solitarias, es decir que no forman enjambres. Existen también un número de
especies semi-sociales, con capacidad de formar colonias, por ejemplo los
abejorros. Estas colonias no llegan a ser tan grandes ni duraderas como las de
la abeja doméstica.
Las
abejas, pese a sus aguijones (que es su arma), son insectos mansos. Si no se
las molesta ni se hacen movimientos bruscos que puedan alarmarlas, no atacan.
Es lógico que sea así porque cuando una abeja clava su aguijón, éste queda
enganchado en la herida de la víctima y, al perderlo, la abeja muere.
Polinización
Las
abejas son los polinizadores más importantes de las plantas con flores o
magnoliófitas. Se calcula que la tercera parte de los alimentos humanos son
polinizados por insectos, fundamentalmente abejas.
La mayoría de las abejas son de cuerpo velludo
con pelos plumosos; llevan una carga electrostática. Todo esto ayuda a que el
polen se adhiera a su cuerpo. Con sus patas lo transfieren a las canastas de
polen que pueden ser de dos tipos: scopas o corbículas. Algunas especies de
abejas son muy especializadas y colectan polen de unas pocas especies de
plantas, otras son generalistas y visitan muchos tipos de flores diferentes.
Pero en general visitan flores de una sola especie por un período de tiempo
antes de ir a otra especie, lo cual es beneficioso para las plantas que
requieren polen de la misma especie para su fecundación. La abeja posee dos
antenas (órganos del olfato), que le sirven para localizar las flores, y dos
pares de alas, muy delgadas, que permiten a algunas especies, largos vuelos de
hasta 12 km.
Del huevo a la abeja:
Las
abejas (reina, obreras o zánganos) nacen todas de un huevo minúsculo puesto y
depositado por la reina en un alvéolo.
Un
huevo fecundado (hembra), depositado en un alvéolo y alimentado de una papilla
de polen y de miel, se volverá una abeja obrera. El huevo se transforma en
larva el cuarto día, el 8° día las abejas operculan el alvéolo y la
metamorfosis continúa en secreto. Al día 15, las abejas ya formadas se desprenden
y comienzan con su vida obrera.
Otros
huevos hembras, depositados en unos alvéolos reales, son exclusivamente
alimentados con jalea real. Están destinados a volverse las futuras reinas. El
operculaje se hace el 6° día, la transformación es más lenta: será necesario
esperar 21 días para que la larva real de nacimiento a una joven reina.
Los
huevos no fecundados (machos) son depositados en un alvéolo normal y reciben la
misma comida que las larvas obreras. La metamorfosis es todavía más larga: los
machos nacen al cabo del día 23.
Las
abejas son insectos sociales, no pueden tener una existencia aislada y
necesitan vivir en colonia. Esta colonia esta muy organizada, compuesta por
obreras, zánganos y la reina.
Las
obreras son exclusivamente abejas hembras, las más numerosas de la colonia
(cerca de 30.000 hasta 70.000 por colmena) y se encargan de todas las tareas
relacionadas al buen funcionamiento de la colmena. Las abejas cumplen todas las
funciones, es decir que no tienen solo una tarea en su vida. Viven 45 días
aproximadamente.
1) Durante
los cuatros primeros días de su vida, la obrera limpia los alvéolos y la
colmena.
2) Del día
5 al día 11, es nodriza y ceba de jalea real las larvas de los alvéolos reales.
3) Del día
11 al día 13, se convierte en almacenera: su papel consiste en almacenar el
polen y el néctar en los alvéolos y en ventilar la colmena.
4) Del día
14 al día 17 las glándulas productoras de cera de su abdomen ya desarrolladas,
se vuelve cerera y edifica los panales.
5) Del día
18 al día 21 es centinela y está de guardia a la entrada de la colmena para
rechazar a los intrusos, avispas, mariposas e incluso a los zánganos.
6) A partir
del día 22 y hasta su muerte irá de flor en flor a cosechar néctar, polen y
propolis: se vuelve libadora y trae la comida a la colmena.
Los
zánganos son los únicos machos de la colonia. Son criados en el seno de la
colmena como fecundadores potenciales de la reina y viven en primavera y en
verano. No siendo capaces de alimentarse por si mismos, son alimentados por las
obreras. Como no tienen aguijón no pueden asegurar la protección de la colonia
y su misión esencial es la de fecundar a la reina.
Pero solo algunos lo consiguen
fecundarla. Una vez cumplida su misión como reproductores mueren destripados
por la reina.
En una colonia de abejas sólo puede haber una
reina. Nace en un alvéolo real, construido especialmente por las obreras para
abrigar larvas reales. Para asegurar la continuación de la especie, la colmena
tiene siempre varios alvéolos reales.
La reina que nazca primero tiene que matar
todas las larvas de las otras celdas reales. Si una segunda reina nace al mismo
tiempo, las dos reinas se entablan en una batalla a muerte y la que salga
victoriosa será la que mande sobre la colmena. Tres a seis días después de su
nacimiento, la joven reina ya va a unirse cinco o seis veces con una decena de
zánganos. Una vez fecundada, empieza su
vida de ponedora. Jamás saldrá de la colmena durante los 4 o 5 años que viva y
tendrá una sola misión, poner sin descanso hasta 2.000 huevos al día.
Continuamente esta rodeada, protegida y alimentada por las obreras.